Descripción
Enterarme de que mi novia me había engañado me partió el corazón. Yo, que la había respetado siempre, que había tardado semanas en tocarle las tetas, meses en conseguir que me chupara la polla y mas de un año en follármela, ahora tenía unos hermosos cuernos en la cabeza por su culpa. Por eso, antes de dejarla, quise darme un último gusto, y le desvirgué el culo. Ese día estuvimos follando más de una hora. La puse al cien comiéndole el coño y poco a poco le fui metiendo los dedos en el ojete hasta que por fin me dejó hincarle la polla y encularla. Después de haber cumplido mi última fantasía, la mandé a tomar por culo. Se lo tenía merecido.
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