Descripción
La entrevista de trabajo de la asiática fue mucho más cruel de lo que se imaginaba. Tras prometerle que comenzaría a trabajar en ese mismo momento, los directivos de la empresa le ordenaron que se desnudara. Tímidamente se quitó la ropa hasta quedarse completamente desnuda, avergonzada y humillada frente a todos. Después, el presidente le pidió que se sentara sobre sus piernas para exhibirla delante de todos y, a pesar de que se moría de vergüenza, le ordenó que le chupara la polla. Finalmente acabó mamando todas las pollas que había en aquel salón, mientras los tíos que esperaban su turno le metían mano.
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