Descripción
La vecina de Danny Mountain se metió en medio de la pista de baloncesto mientras él estaba jugando y no le dejó otra opción mas que jugar con ella. El problema era que la guarrilla era definitivamente mala. Parecía que nunca antes en su vida hubiese podido encestar. Era obvio que jamás había tocado un balón de baloncesto antes, y que sus intenciones en la pista eran otras. Cuando Danny se dio cuenta, sin perder un segundo la llevó a su casa. Allí la puso en bolas, sacó la polla, se la metió en la boca y se la hizo mamar. Después se la folló en todas las posturas y la mandó a la casa, donde la madre la esperaba preocupada por no saber donde estaba.
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