Descripción
Por suerte para esta hermosa jovencita rubia, su jefe es un chaval bastante joven y muy guapo. Es que el tío es un consentido al que los padres le rentan un piso en el centro y hasta le pagan la criada. La rubia, guapísima como pocas, lo pone al cien, así que el tío siempre quiso follársela y, en cuanto se le presentó la primera oportunidad, se la folló. Sucedió un día en que ella le pidió salir un par de horas antes para ir a una fiesta de disfraces y el muy cerdo aceptó con la condición de que le dejase follársela con el disfraz de duende puesto. La rubia no tuvo más remedio que aceptar, así que se puso el disfraz, empezó a comerle la polla y acabó gimiendo y gozando a cuatro patas con la polla del jefe taladrándole el chocho.
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