Descripción
La carta de la colegiala asiática era una invitación a follársela. En ella contaba con lujo de detalles lo desesperada que estaba por currar de cualquier cosa para obtener dinero, y eso ameritaba una entrevista de trabajo para ver hasta donde estaba dispuesta a llegar. La putita se dejó hacer todo lo que el hombre quiso. El muy cerdo le metió los dedos en el chochito peludo, la masturbó, se la folló, le ordenó que le mamara la polla y hasta le comió el coño. Al final, se corrió adentro suyo y la obligó a regresar a la casa con el chocho lleno de leche. La pobre todavía está esperando una respuesta.
Categorías