Descripción
Esta pobre colegiala rubia no tenía idea de los riesgos que estaba corriendo al esconderse en un aula para fumar. Cuando la profesora la pilló, le enseñó su verdadera cara. Nadie sabía que la maestra era una ama muy perversa y dominante que adoraba los castigos. Después de quitarle el tabaco y darle unas cuantas nalgadas, la profesora la esposó con un cepo dejando sus manos inmóviles para comerle el coño, meterle los dedos en el culo y follarle la boca con un strapon. Evidentemente, siempre llevaba su arsenal de juguetes sexuales encima para usarlos en cuanto se le presentara la primera ocasión.
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