Descripción
La hora del estudio es sagrada para la madre de esta rubia, así que se encarga de que siempre haya alguien vigilándola para que no se distraiga. Claro que no sabe que su esposo, el padrastro de la rubia, no es la persona mas indicada para controlarla. El cabrón, con tal de que la rubia le chupe la polla, le deja hacer lo que le sale de los cojones. Por eso, cuando están los dos solos en la casa, la hora de estudiar se transforma en la de jugar videojuegos, siempre y cuando primero se coma su enorme polla tragándosela bien hasta el fondo de la garganta y le saque la leche primero.
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