Descripción
El hermano de la rubia Chloe Couture entró en la casa muy cabreado. La zorra le había dicho a todas sus amigas que varias veces le había visto la polla y la tenía muy pequeña. Era la burla de toda la universidad, y todo por no haberle querido prestar el coche. Entonces al hermano se le ocurrió hacer un trato. Si se la metía por el culo y ella no gritaba ni un poco, le dejaría el coche por un mes. Ella aceptó, él le vendó los ojos y le metió un consolador enorme. Así logró hacerla gritar y ganar la apuesta, pero también consiguió que ella le pidiera que siguiera taladrándole el ojete y le prometiera que, cada vez que quisiera usar el coche, se dejaría encular.