Descripción
Estaba muy contenta de que el niño la siguiera como un perro por toda la casa. Sabía que era una prueba de lo mucho que el hombrecito deseaba follársela. Le gusta sentirse deseada y quiere premiar la perseverancia del chico. Con el enésimo cumplido, ella le da el regalo de levantarse la falda. Sólo un momento. Pero cuando el chico ve que la bella milf pelirroja no lleva las bragas, no puede contenerse. Él la golpea contra el mostrador de la cocina y la lame con avidez antes de follársela.
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